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ADVIENTO

MIÉRCOLES


VISPERAS


VERSÍCULO INTRODUCTORIO

O bien:

HIMNO Hasta el 16 de diciembre

2.- Qui cóndolens intéritu

mortis períre sǽculum,

salvásti mundum lánguidum,

donans reis remédium.

3.- Vergénte mundi véspere,

uti sponsus de thálamo,

egréssus honestíssima

Vírginis matris cláusula.

4.- Cuius forti poténtiæ

genu curvántur ómnia;

cæléstia, terréstria

nutu faténtur súbdita.

5.- Te, Sancte, fide quǽsumus,

ventúre iudex sǽculi,

consérva nos in témpore

hostis a telo pérfidi.

6.- Sit, Christe, rex piíssime,

tibi Patríque glória

cum Spíritu Paráclito,

in sempitérna sǽcula. Amen.

TRADUCCIÓN 

Oh Cristo, Creador santo de los astros,

Luz eterna de tus fieles,

escucha tú, Redentor del mundo,

la plegaria de quienes te invocan.

Compadecido de que el orbe pereciese,

a causa de la ruina del pecado,

tú mismo te ofreciste como remedio

para dar la salvación a los culpables.

Y así, como sale el esposo de su tálamo

naciste, en el atardecer de este mundo,

de las purísimas entrañas

de una Madre Virgen.

Toda la creación dobla su rodilla,

ante el imperio de tu poder

y los Cielos y la tierra se confiesan,

sumisos al beneplácito de tu voluntad.

Llenos de fe te pedimos,

futuro juez del mundo, que sintamos

en nuestra vida tu protección

frente a los dardos del traidor enemigo.

Gloria a Cristo, Rey clementísimo,

a ti y también al Padre,

con el Espíritu Paráclito,

por los siglos de los siglos. Amén.

O bien:


2.- Tú te compadeciste de este mundo, / que se hallaba indefenso, agonizante,

y, dando tu perdón a los culpables, / de la muerte en que estaba lo salvaste.

3.- Al caer ya la tarde de este mundo, / y en el tiempo que el Padre prefijara,

tú saliste del seno inmaculado / de la santa mujer que es Virgen Madre.

4.- Por tu gran majestad, poder y gloria, / las rodillas de todos se prosternan,

y a tu orden e imperio se someten / los que habitan los cielos y la tierra.

5.- A ti, Santo Señor, oh Juez del mundo, / a ti, que has de venir, te suplicamos:

defiéndenos durante nuestra vida, / de toda la perfidia del maligno.

6.- Alabanza, poder, honor y gloria, / a Dios Padre y al Hijo Jesucristo,

junto con el Espíritu de Vida, / por siglos y por siglos infinitos. Amén.

SALMODIA


ANT. 1:

 

Salmo 102

 

1 Bendice, alma mía, al Señor,

     y todo mi ser a su santo nombre.

2 Bendice, alma mía, al Señor,

     y no olvides sus beneficios.


3 Él perdona todas tus culpas,

     y cura todas tus enfermedades;

4 él rescata tu vida de la fosa

     y te colma de gracia y de ternura;

5 él sacia de bienes tus anhelos,

     y como un águila se renueva tu juventud.

6 El Señor hace justicia

     y defiende a todos los oprimidos;

7 enseñó sus caminos a Moisés

     y sus hazañas a los hijos de Israel.

8 El Señor es compasivo y misericordioso,

     lento a la ira y rico en clemencia;

9 no está siempre acusando,

     ni guarda rencor perpetuo.

10 No nos trata como merecen nuestros pecados,

     ni nos paga según nuestras culpas;

11 como se levanta el cielo sobre la tierra,

     se levanta su bondad sobre sus fieles;

12 como dista el oriente del ocaso,

     así aleja de nosotros nuestros delitos;

13 como un padre siente ternura por sus hijos,

     siente el Señor ternura por sus fieles;

14 porque él conoce nuestra masa,

     se acuerda de que somos barro.

15 Los días del hombre duran lo que la hierba,

     florecen como flor del campo,

16 que el viento la roza, y ya no existe,

     su terreno no volverá a verla.

17 Pero la misericordia del Señor dura siempre,

     su justicia pasa de hijos a nietos:

18 para los que guardan la alianza

     y recitan y cumplen sus mandatos.

19 El Señor puso en el cielo su trono,

     su soberanía gobierna el universo.

20 Bendecid al Señor, ángeles suyos: /

     poderosos ejecutores de sus órdenes,

     prontos a la voz de su palabra.

21 Bendecid al Señor, ejércitos suyos,

     servidores que cumplís sus deseos.

22 Bendecid al Señor, todas sus obras, /

    en todo lugar de su imperio.

     Bendice, alma mía, al Señor.

 

Se repite la antífona



ANT. 2:


 

Salmo 85

 

1 Inclina tu oído, Señor, escúchame,

     que soy un pobre desamparado;

2 protege mi vida, que soy un fiel tuyo,

     salva a tu siervo que confía en ti;

3 tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,

     que a ti te estoy llamando todo el día;

4 alegra el alma de tu siervo,

     pues levanto mi alma hacia ti;

5 porque tú, Señor, eres bueno y clemente,

     rico en misericordia con los que te invocan.

6 Señor, escucha mi oración,

     atiende a la voz de mi súplica;

7 en el día del peligro te llamo,

     porque tú me escuchas.

8 No tienes igual entre los dioses, Señor,

     ni hay obras como las tuyas.


9 Todos los pueblos vendrán /

  a postrarse en tu presencia, Señor,

     bendecirán tu nombre:

10 “Grande eres tú, y haces maravillas,

     tú eres el único Dios”.

11 Enséñame, Señor, tu camino,

     para que siga tu verdad;

     mantén mi corazón entero

     en el temor de tu nombre.

12 Te alabaré de todo corazón, Dios mío,

     daré gloria a tu nombre por siempre,

13 por tu grande piedad para conmigo,

     porque me salvaste del Abismo profundo.

14 Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, /

     una banda de insolentes atenta contra mi vida,

     sin tenerte en cuenta a ti.

15 Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,

     lento a la cólera, rico en piedad y leal,

16 mírame, ten compasión de mí, /

     da fuerza a tu siervo,

     salva al hijo de tu esclava.

17 Dame una señal propicia, /

     que la vean mis adversarios y se avergüencen,

     porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.


Se repite la antífona




ANT. 3:

 

Salmo 84

 

2 Señor, has sido bueno con tu tierra,

     has restaurado la suerte de Jacob,

3 has perdonado la culpa de tu pueblo,

     has sepultado todos sus pecados,

4 has reprimido tu cólera,

     has frenado el incendio de tu ira.

5 Restáuranos, Dios salvador nuestro,

     cesa en tu rencor contra nosotros.

6 ¿Vas a estar siempre enojado,

     o a prolongar tu ira de edad en edad?

7 ¿No vas a devolvernos la vida,

     para que tu pueblo se alegre contigo?

8 Muéstranos, Señor, tu misericordia

     y danos tu salvación.

9 Voy a escuchar lo que dice el Señor:

     “Dios anuncia la paz

   a su pueblo y a sus amigos

     y a los que se convierten de corazón”.

10 La salvación está ya cerca de sus fieles

     y la gloria habitará en nuestra tierra;

11 la misericordia y la fidelidad se encuentran,

     la justicia y la paz se besan;

12 la fidelidad brota de la tierra

     y la justicia mira desde el cielo.

13 El Señor nos dará la lluvia,

     y nuestra tierra dará su fruto.

14 La justicia marchará ante él,

     la salvación seguirá sus pasos.

 

Se repite la antífona


ANT. 4:

 

Salmo 86

 

2 Él la ha cimentado sobre el monte santo: /

   y el Señor prefiere las puertas de Sión

     a todas las moradas de Jacob.

3 ¡Qué pregón tan glorioso para ti,

     ciudad de Dios!

4 “Contaré a Egipto y a Babilonia

     entre mis fieles;

   filisteos, tirios y etíopes

     han nacido allí”.

5 Se dirá de Sión: “Uno por uno /

   todos han nacido en ella:

     el Altísimo en persona la ha fundado”.

6 El Señor escribirá en el registro de los pueblos:

     “Éste ha nacido allí”.

7 Y cantarán mientras danzan:

     “Todas mis fuentes están en ti”.

 

Se repite la antífona


ANT. 5:

Cántico NT 12

Col 1,12-20

12 Damos gracias a Dios Padre, /

     que nos ha hecho capaces de compartir

     la herencia del pueblo santo en la luz.

13 Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,

     y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,

14 por cuya sangre hemos recibido la redención,

     el perdón de los pecados.

15 Él es imagen de Dios invisible,

     primogénito de toda criatura;

16 porque por medio de él

     fueron creadas todas las cosas:

     celestes y terrestres,

     visibles e invisibles,

     Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;

     todo fue creado por él y para él.

17 Él es anterior a todo,

     y todo se mantiene en él.

18 Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

     Él es el principio,

     el primogénito de entre los muertos,

     y así es el primero en todo.

19 Porque en él quiso Dios

     que residiera toda la plenitud.

20 Y por él quiso reconciliar consigo

     todos los seres:

     los del cielo y los de la tierra,

     haciendo la paz por la sangre de su cruz.

 

Se repite la antífona


RESPONSORIO BREVE


 

 

 

O bien:


 

 

 

ANT. MAGNIFICAT   Se toma del día correspondiente

 

Cántico NT 1: Magnificat

Lc 1,46-55

46 Proclama mi alma

     la grandeza del Señor,

47 se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;

48porque ha mirado la humillación de su esclava.

     Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

49porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

     su nombre es santo, /

50 y su misericordia llega a sus fieles

     de generación en generación.

51 Él hace proezas con su brazo:

     dispersa a los soberbios de corazón,

52 derriba del trono a los poderosos

     y enaltece a los humildes,

53 a los hambrientos los colma de bienes

     y a los ricos los despide vacíos.

54 Auxilia a Israel, su siervo,

     acordándose de la misericordia

55 –como lo había prometido a nuestros padres–

     en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

 

Se repite la antífona

 

 

 

SÚPLICA DE LA LETANÍA Y PADRE NUESTRO

 

 

VERSÍCULO FINAL

 



O bien:

 



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