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Laudes

Octava de Pascua

LAUDES


VERSÍCULO INTRODUCTORIO



HIMNO




2.- Cum Rex ille fortíssimus,

mortis confráctis víribus,

pede concúlcans tártara,

solvit caténa míseros.


3.- Ille quem clausum lápide,

miles custódit ácriter,

triúmphans pompa nóbili,

victor surgit de fúnere.


4.- Inférni iam gemítibus,

solútis et dolóribus,

quia surréxit Dóminus,

respléndens clamat ángelus.


5.- Esto perénne méntibus

paschále, Iesu, gáudium,

et nos renátos grátiæ

tuis trúmphis ággrega.


6.- Iesu, tibi sit glória,

qui morte victa prǽnites,

cum Patre et almo Spíritu,

in sempitérna sǽcula. Amen.


TRADUCCIÓN

1.- Ya brilla la luz de la aurora y resuenan en el aire las alabanzas; el mundo exulta de gozo y el infierno brama y gime. 2.- Cuando el Rey poderosísimo, quebradas las fuerzas de la muerte, aplasta con su pie al infierno y rompe las cadenas a los justos. 3.- Aquél a quien custodian los soldados, junto a la piedra que sella el sepulcro, hoy se alza noble y magnífico, triunfante sobre la tumba. 4.- Se acabaron ya los llantos del infierno, y también sus dolores, porque un ángel resplandeciente de luz, proclama que el Señor ha resucitado. 5.- Sé tú, Jesús, para nuestras almas, el gozo perenne de la Pascua, y, dígnate hacernos partícipes de tu triunfo, a quienes hemos renacido de la gracia. 6.- A ti, Señor, toda la gloria, que resucitaste entre los muertos, con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos infinitos. Amén.


SALMODIA


ANT. 1:




Salmo 92


1 El Señor reina, vestido de majestad, /

el Señor, vestido y ceñido de poder:

así está firme el orbe y no vacila.

2 Tu trono está firme desde siempre,

y tú eres eterno.

3 Levantan los ríos, Señor, /

levantan los ríos su voz,

levantan los ríos su fragor;

4 pero más que la voz de aguas caudalosas, /

más potente que el oleaje del mar,

más potente en el cielo es el Señor.

5 Tus mandatos son fieles y seguros, /

la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término.


Se repite la antífona.


ANT. 2:



Salmo 99


1 Aclamad al Señor, tierra entera, /

2 servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores.

3 Sabed que el Señor es Dios: /

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño.

4 Entrad por sus puertas con acción de gracias, /

por sus atrios con himnos,

dándole gracias y bendiciendo su nombre:

5 “El Señor es bueno, /

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades”.


Se repite la antífona.


ANT. 3:




Salmo 62



2 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agotada, sin agua.

3 ¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

4 Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios.

5 Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

6 Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos.

7 En el lecho me acuerdo de ti

y velando medito en ti,

8 porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo;

9 mi alma está unida a ti

y tu diestra me sostiene.

10 Pero los que buscan mi perdición

bajarán a lo profundo de la tierra;

11 serán entregados a la espada,

y echados como pasto a las raposas.

12 Y el rey se alegrará con Dios, /

se felicitarán los que juran por su nombre,

cuando tapen la boca a los traidores.


Se repite la antífona.

ANT. 4:



Cántico AT 47

Dn 3,52-57

52 Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:

a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito tu nombre, santo y glorioso:

a él gloria y alabanza por los siglos.

53 Bendito eres en el templo de tu santa gloria:

a ti gloria y alabanza por los siglos.

54 Bendito eres sobre el trono de tu reino:

a ti gloria y alabanza por los siglos.

55 Bendito eres tú, /

que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos:

a ti gloria y alabanza por los siglos.

56 Bendito eres en la bóveda del cielo;

a ti honor y alabanza por los siglos.

57 Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.


Se repite la antífona.


ANT. 5:




Salmo 150


1 ¡Aleluya!

Alabad al Señor en su templo,

alabadlo en su fuerte firmamento.

2 Alabadlo por sus obras magníficas,

alabadlo por su inmensa grandeza.

3 Alabadlo tocando trompetas,

alabadlo con arpas y cítaras,

4 alabadlo con tambores y danzas,

alabadlo con trompas y flautas,

5 alabadlo con platillos sonoros,

alabadlo con platillos vibrantes.

Todo ser que alienta

alabe al Señor. ¡Aleluya!


Se repite la antífona.



LECTURA BREVE


Lunes de la Octava Rom 10,8b-10

La Palabra está cerca de ti; la tienes en los labios y en el corazón. Se refiere a la Palabra de la fe que os anunciamos. Porque, ti tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.


Martes de la Octava Hch 13,30-33

Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los ue lo habían acompañado de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. Nosotros os anunciamos que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido ahora a los hijos resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: “Tu eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”.



Miércoles de la Octava Rom 6,8-11

Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.



Jueves de la Octava Rom 8,10-11

Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los meurtos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.



Viernes de la Octava Hch 5,30-32

El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de sto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.



Sábado de la Octava Rom 14,7-9

Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el señor; en la vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.



Domingo in albis Hch 10,40-43

Dios resucitó a Jesús al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.



RESPONSORIO BREVE




ANT. DEL BENEDICTUS


Lunes de la Octava


Martes de la Octava


Miércoles de la Octava



Jueves de la Octava



Viernes de la Octava



Sábado de la Octava




Domingo in Albis





Cántico NT 2: Benedictus

Lc 1,68-79

68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

69 suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

70 según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas.

71 Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

72 realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

73 y el juramento que juró

a nuestro padre Abrahán.

74 Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

75 le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

76 Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, /

porque irás delante del Señor,

a preparar sus caminos,

77 anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

79 para iluminar a los que viven en tinieblas

y en sombra de muerte;

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.


Se repite la antífona.


SÚPLICA DE LA LETANÍA Y PADRE NUESTRO





ORACIÓN


Lunes de la Octava

Señor Dios, que por medio del bautismo haces crecer a tu Iglesia, dándole siempre nuevos hijos, concede a cuantos han renacido en la fuente bautismal vivir siempre de acuerdo con la fe que profesaron. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Martes de la Octava

Tú, Señor, que nos has salvado por el misterio pascual, continúa favoreciendo con dones celestes a tu pueblo, para que alcance la libertad verdadera y pueda gozar de la alegría del cielo, que ya ha empezado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Miércoles de la Octava

Oh Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Jueves de la Octava

Oh Dios, que has reunido pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido de la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y una misma caridad en su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Viernes de la Octava

Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual has restaurado tu alianza con los hombres, concédenos realizar en la vida cuanto celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Sábado de la Octava

Oh Dios, que con la abundancia de tu gracia no cesas de aumentar el número de tus hijos, mira con amor a los que has elegido como miembros de tu Iglesia, para que, quienes han renacido por el bautismo, obtengan también la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Domingo in Albis

Dios de misericordia infinita, que reanimas la fe de tu pueblo con el retorno anual de las fiestas pascuales, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del Espíritu que nos ha hecho renacer y de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.



VERSÍCULO FINAL




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