TIEMPO PASCUAL
MARTES
TERCIA
VERSÍCULO INTRODUCTORIO

HIMNO

2.- Qui corde Christum súscipit,
innóxium sensum gerit
votísque præstat sédulis
Sanctum meréri Spíritum.
3.- Hæc hora, quæ finem dedit
diri vetérno críminis;
hinc iam beáta témpora
cœpére Christi grátia.
4.- Iesu, tibi sit glória,
qui morte victa prǽnites,
cum Patre et almo Spíritu
in sempitérna sǽcula. Amen.
TRADUCCIÓN
1.- Al llegar la hora de tercia, en la que Cristo fue alzado en la cruz, que el alma deseche los pensamientos vanos y se avive el afecto en la oración. 2.- Pues quien lleva a Cristo en su corazón, guarda limpios sus sentidos y, con sus deseos, se esmera en hacerse merecedor del Espíritu Santo. 3.- Ésta es la hora que, habiendo puesto fin a la escoria de aquel funesto pecado, inaugura ya el tiempo feliz de la gracia de Cristo. 4.- Para ti, Señor, la gloria, que vencida la muerte, reluces deslumbrante, con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
O bien:

2.- Cargando al hombre pecador, / por el camino de la cruz;
en sus hombros de buen Pastor, / el paraíso nos abrió.
3.- La alabanza y el honor / a Cristo que resucitó;
y victorioso de la Cruz, / reina por siglos sin final. Amén.
SALMODIA
ANT.: Aleluya, aleluya, * aleluya, aleluya.
Salmo 118
Heth
57 Mi porción es el Señor:
he resuelto guardar tus palabras;
58 de todo corazón busco tu favor:
ten piedad de mí según tu promesa;
59 he examinado mi camino,
para enderezar mis pies a tus preceptos:
60 con diligencia, sin tardanza,
observo tus mandatos;
61 los lazos de los malvados me envuelven,
pero no olvido tu voluntad;
62 a media noche me levanto para darte gracias
por tus justos mandamientos;
63 me junto con tus fieles,
que guardan tus decretos;
64 Señor, de tu bondad está llena la tierra;
enséñame tus leyes.
Teth
65 Has dado bienes a tu siervo,
Señor, con tus palabras;
66 enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos;
67 antes de sufrir, yo andaba extraviado;
pero ahora me ajusto a tu promesa;
68 tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes;
69 los insolentes urden engaños contra mí,
pero yo custodio tus leyes;
70 tienen el corazón espeso como grasa,
pero mi delicia es tu voluntad;
71 me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos;
72 más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata.
Yod
73 Tus manos me hicieron y me formaron:
instrúyeme para que aprenda tus mandatos;
74 tus fieles verán con alegría
que he esperado en tu palabra;
75 reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir;
76 que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
77 cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad;
78 que se avergüencen los insolentes del daño que me hacen,
yo meditaré tus decretos;
79 vuelvan a mí tus fieles
que hacen caso de tus preceptos;
80 sea mi corazón perfecto en tus leyes,
así no quedaré avergonzado.
ANT.: Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Hch 4,11-12
Jesús es la piedra que desecharon los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular: ningún otro puede salvar, bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.
Lc 24,34
V/. En verdad resucitó el Señor, aleluya.
R/. Y se apareció a Simón, aleluya.
VERSÍCULO FINAL
