LAUDES
LUNES
VERSÍCULO INTRODUCTORIO
O bien
HIMNO
2.- Verúsque sol, illábere
micans nitóre pérpeti,
iubárque Sancti Spíritus
infúnde nostris sénsibus.
3.- Votis vocémus et Patrem,
Patrem perénnis glóriæ,
Patrem poténtis grátiæ,
culpam reléget lúbricam.
4.- Infórmet actus strénuos,
dentem retúndat ínvidi,
casus secúndet ásperos,
donet geréndi grátiam.
5.- Mentem gubérnet et regat
casto, fidéli córpore;
fides calóre férveat,
fraudis venéna nésciat.
6.- Christúsque nobis sit cibus,
potúsque noster sit fides;
læti bibámus sóbriam
ebrietátem Spíritus.
7.- Lætus dies hic tránseat;
pudor sit ut dilúculum,
fides velut merídies,
crepúsculum mens nésciat.
8.- Auróra cursus, próvehit;
Auróra totus pródeat,
in Patre totus Fílius
et totus in Verbo Pater. Amen.
TRADUCCIÓN
Resplandor de la gloria del Padre,
y destello de su luz,
luz de luz y Fuente de toda luz,
Día que iluminas el día.
Oh sol verdadero, enciende en tus siervos,
el brillo de tu esplendor eterno,
e infunde en nuestros sentidos,
la luz vivísima del Espíritu Santo.
Invoquemos también al Padre,
al Padre de la gloria perenne,
al Padre de la gracia omnipotente,
que aleje el peligro de la culpa.
Que informe nuestros actos decididos,
quiebre el dardo del maligno,
nos secunde en la adversidad,
y con su gracia nos asista.
Que gobierne y dirija nuestras almas,
guardando al cuerpo puro y dócil;
que preservándola del engañoso veneno,
avive con ímpetu nuestra fe.
Siendo Cristo nuestro alimento,
y nuestra bebida de la fe,
libemos con gozo
la sobria efusión del Espíritu.
Y en el transcurrir feliz de este día,
sea el pudor la alborada,
el mediodía la fe y nuestra alma,
en fin, ignore cualquier ocaso.
Y mientras la aurora prosigue su curso,
que emerja Aquel que es todo Aurora,
todo el Hijo en el Padre,
y en el Hijo, todo el Padre. Amén.
.
O bien:
2.- Te alabamos, sol nuestro verdadero, / y ansiamos tus rayos confortantes;
el calor de tu gracia vivifique / la creación aterida.
3.- Sé, Jesús, nuestro pan en este día, / y tu fe la bebida salvadora;
la unión fraternal de la comida / prepare el festín del reino.
4.- La jornada transcurra en tu gozo, / en trabajo, oración y acción de gracias,
sea firme el esfuerzo y la constancia, / sin fin, la fe y esperanza.
5.- A Dios Padre cantemos alabanza, / a Jesús, Unigénito del Padre,
al Espíritu Santo y Divino, / por los siglos infinitos. Amén.
SALMODIA
ANT. 1:
Salmo 99
[1 Aclamad al Señor, tierra entera,]
2 servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
3 Sabed que el Señor es Dios: /
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
4 Entrad por sus puertas con acción de gracias, /
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
5 “El Señor es bueno, /
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades”.
Se repite la antífona
ANT. 2:
Salmo 62
[2 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,]
mi alma está sedienta de ti; /
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agotada, sin agua.
3 ¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
4 Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
5 Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
6 Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
7 En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
8 porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
9 mi alma está unida a ti
y tu diestra me sostiene.
10 Pero los que buscan mi perdición
bajarán a lo profundo de la tierra;
11 serán entregados a la espada,
y echados como pasto a las raposas.
12 Y el rey se alegrará con Dios, /
se felicitarán los que juran por su nombre,
cuando tapen la boca a los traidores.
Se repite la antífona
ANT. 3:
Salmo 100
1 Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
2 voy a explicar el camino perfecto:
¿cuándo vendrás a mí?
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
3 no pondré mis ojos
en intenciones viles;
aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
4 lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.
5 Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes,
no los soportaré.
6 Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ese me servirá;
7 no habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia;
8 cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.
Se repite la antífona
ANT. 4:
Semana impar
Cántico AT 4
1 Cro 29,10b-13
10 Bendito eres, Señor, /
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
11 Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
12 De ti viene la riqueza y la gloria,
tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
13 Por eso, Dios nuestro, /
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.
Se repite la antífona
ANT. 4:
Semana par
Cántico AT 16
Sir 36,1-7.13-16
1 Sálvanos, Dios del universo,
2infunde tu terror a todas las naciones;
3 amenaza con tu mano al pueblo extranjero
para que sienta tu poder.
4 Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
5 para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
6 Renueva los prodigios, repite los portentos,
7exalta tu mano, robustece tu brazo.
13 Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
14 Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito;
15 ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
16 Llena a Sión de tu majestad,
y al templo, de tu gloria.
Se repite la antífona
ANT. 5:
Salmo 134
1 ¡Aleluya!
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
2 que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
3 Alabad al Señor, porque es bueno;
tañed para su nombre, que es amable.
4 Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
5 Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
6 El Señor todo lo que quiere lo hace: /
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
7 Hace subir las nubes desde el horizonte, /
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
8 Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
9 Envió prodigios y signos /
–en medio de ti, Egipto–
contra el Faraón y sus ministros.
10 Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
11 a Sijón, rey de los amorreos; /
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
12 Y dio su tierra en heredad
en heredad a Israel, su pueblo.
13 Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
14 Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.
15 Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
16 tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
17 tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
18 Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
19 Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
20 casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.
21 Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén. ¡Aleluya!
Se repite la antífona
LECTURA BREVE I 2 Ts 3,10b-13
El que no trabaja, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a ésos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan. Por vuestra parte, hermanos, no os canséis de hacer el bien.
LECTURA BREVE II Jr 15,16
Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, Dios de los ejércitos.
LECTURA BREVE III St 2,12-13
Hablad y actuad como quienes van a ser juzgados por una ley de libertad, porque el juicio será sin misericordia para el que no practicó la misericordia. La misericordia se ríe del juicio.
LECTURA BREVE IV Jdt 8,21b-23
Recordad cómo fueron probados nuestros padres para ver si verdaderamente servían a su Dios. Recordad cómo fue probado Abrahán, nuestro padre; y, purificado por muchas tribulaciones, llegó a ser amigo de Dios. Del mismo modo, Isaac, Jacob, Moisés y todos los que agradaron a Dios, le permanecieron fieles en medio de muchos padecimientos.
RESPONSORIO BREVE I
O bien:
RESPONSORIO BREVE II
O bien:
ANT. BENEDICTUS:
O bien:
Cántico NT 2: Benedictus
Lc 1,68-79
[68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,]
porque ha visitado y redimido a su pueblo, /
69 suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
70 según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
71 Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
72 realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
73 y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.
74 Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
75 le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
76 Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, /
porque irás delante del Señor,
a preparar sus caminos,
77 anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
79 para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte;
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Se repite la antífona
SÚPLICA DE LA LETANÍA Y PADRE NUESTRO
ORACIÓN I
Señor, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras, para que nuestro trabajo comience en ti, como en su fuente, y tienda siempre a ti, como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN II
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día, sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN III
Señor Dios, rey de cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, alcancemos la salvación ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN IV
Oh Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu luz, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo.
R. Amén.
VERSÍCULO FINAL
O bien: