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LAUDES


SÁBADO


6 de agosto


LA TRANSFIGURACION DEL SEÑOR


VERSÍCULO INTRODUCTORIO




O bien




HIMNO









TRADUCCIÓN

1.- El dulce recuerdo de Jesús, alegra de verdad nuestro corazón, pero más dulce que la miel y que todo lo demás es su dulce presencia. 2.- No existe música más bella, ni sonido más grato, ni se puede pensar algo más dulce que Jesús, el Hijo de Dios.

3.- Oh Jesús, dulzura de los corazones, fuente de la verdad y luz de las inteligencias, sólo Tú desbordas toda alegría y todo deseo. 4.- Cuando visitas nuestro corazón, se enciende la luz de la verdad, toda la vanidad del mundo cede y la caridad prende en nuestro interior. 5.- Concédenos cuando vengas la abundancia de tu amor; concédenos que en tu presencia podamos ver tu gloria. 6.- Te cantamos alabanzas, a ti, que siendo el Hijo amado, que nos revelas el esplendor del Padre y del Espíritu. Amén.




SALMODIA


ANT.1:





Salmo 92


1 El Señor reina, vestido de majestad, /

el Señor, vestido y ceñido de poder:

así está firme el orbe y no vacila.

2 Tu trono está firme desde siempre,

y tú eres eterno.

3 Levantan los ríos, Señor, /

levantan los ríos su voz,

levantan los ríos su fragor;

4 pero más que la voz de aguas caudalosas, /

más potente que el oleaje del mar,

más potente en el cielo es el Señor.

5 Tus mandatos son fieles y seguros, /

la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término.


Se repite la antífona


ANT.2:





Salmo 99


1 Aclamad al Señor, tierra entera, /

2 servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores.

3 Sabed que el Señor es Dios: /

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño.

4 Entrad por sus puertas con acción de gracias, /

por sus atrios con himnos,

dándole gracias y bendiciendo su nombre:

5 “El Señor es bueno, /

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades”.


Se repite la antífona


ANT.3:




Salmo 62


2 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agotada, sin agua.

3 ¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

4 Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios.

5 Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

6 Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos.

7 En el lecho me acuerdo de ti

y velando medito en ti,

8 porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo;

9 mi alma está unida a ti

y tu diestra me sostiene.

10 Pero los que buscan mi perdición

bajarán a lo profundo de la tierra;

11 serán entregados a la espada,

y echados como pasto a las raposas.

12 Y el rey se alegrará con Dios, /

se felicitarán los que juran por su nombre,

cuando tapen la boca a los traidores.



Se repite la antífona


ANT.4:




Cántico AT 47

Dn 3,52-57

52 Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,

a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito tu nombre, santo y glorioso,

a él gloria y alabanza por los siglos.

53 Bendito eres en el templo de tu santa gloria,

a ti gloria y alabanza por los siglos.

54 Bendito eres sobre el trono de tu reino,

a ti gloria y alabanza por los siglos.

55 Bendito eres tú, /

que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos,

a ti gloria y alabanza por los siglos.

56 Bendito eres en la bóveda del cielo,

a ti honor y alabanza por los siglos.

57 Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.


Se repite la antífona


ANT.5:






Salmo 150


1 ¡Aleluya!

Alabad al Señor en su templo,

alabadlo en su fuerte firmamento.

2 Alabadlo por sus obras magníficas,

alabadlo por su inmensa grandeza.

3 Alabadlo tocando trompetas,

alabadlo con arpas y cítaras,

4 alabadlo con tambores y danzas,

alabadlo con trompas y flautas,

5 alabadlo con platillos sonoros,

alabadlo con platillos vibrantes.

Todo ser que alienta

alabe al Señor. ¡Aleluya!


Se repite la antífona



LECTURA BREVE Ap 21,10.23

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el Cordero




RESPONSORIO BREVE








ANT. BENEDICTUS:





Cántico NT 2: Benedictus

Lc 1,68-79

68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

69 suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

70 según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas.

71 Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

72 realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

73 y el juramento que juró

a nuestro padre Abrahán.

74 Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

75 le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

76 Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, /

porque irás delante del Señor,

a preparar sus caminos,

77 anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

79 para iluminar a los que viven en tinieblas

y en sombra de muerte;

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.


Se repite la antífona


SÚPLICA DE LA LETANÍA Y PADRE NUESTRO


ORACIÓN

Oh Dios, que en la gloriosa transfiguración de tu Unigénito confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra perfecta adopción como hijos tuyos, concédenos, te rogamos, que escuchando siempre la palabra de tu Hijo, el predilecto, seamos un día coherederos de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.


VERSÍCULO FINAL






O bien:






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